Todos son silicatos, pero no todos son Silicoglycidol

Qué son los silicatos, estructura y funciones

Los silicatos, unión de silicio y oxígeno, también denominados sales del ácido silícico, son los minerales más abundantes en la corteza terrestre. Ocupan el 92% de la superficie continental, constituyendo componentes básicos de rocas, arenas y arcillas.

Existen muchos tipos diferentes de silicatos. Todos ellos tienen en común que son polímeros de una unidad estructural básica, que es el tetraedro de silicio (SiO4), con un átomo de sílice en el centro, y cuatro átomos de oxígeno en los vértices. Estas estructuras funcionales básicas, se pueden unir entre sí formando grandes polímeros con un número indeterminado de las mismas.

Sin embargo, las uniones entre sí son diferentes, y los polímeros adquieren diferentes estructuras tridimensionales. De esta manera, las diferentes estructuras son las que determinan los diferentes tipos de silicatos.

Es frecuente que los silicatos en su composición contengan átomos de algún otro elemento, como el aluminio, el sodio o el calcio.

¿Cómo diferenciar los silicatos?

Es importante indicar que, de la estructura de los silicatos, van a depender sus propiedades y sus funciones. En este sentido, existen silicatos que, como algunas bentonitas, pueden tener propiedades en la unión a otras moléculas, mientras que otras bentonitas no poseen estas propiedades.

Para diferenciar entre silicatos, por tanto, es necesario reconocer su estructura. Esto se realiza mediante difracción por rayos X o pictografía electrónica, en las cuales, mediante unos dispositivos especiales, se obtienen la disposición tridimensional de sus átomos, identificando aquellos silicatos con propiedades adsorbentes de micotoxinas, como Alquerfeed Antitox, y otros silicatos sin esta funcionalidad.